Hablemos de Expectativas

expectativasEsta mañana me levante y como de costumbre me acerque a la cocina para prepararme un café. Por alguna razón yo ya tenía una idea fabricada en mi mente de que es lo que iba a encontar y de cómo es que el contenedor de café luce. Me acerco a la alacena buscando un contenedor de vidrio pequeño con tapa precisamente de color cafe, para mi sorpresa el café no esta ahí. Busco de nuevo, muevo y reacomodo la alacena y el café sigue sin aparecer. En mi disgusto por no encontrar lo que estaba buscando pregunto ¿Ya no tenemos café? La respuesta termina por sorprenderme. ¡Sí! Esta justo enfrente de ti, atrás del azúcar. Frasco de vidrio, grande de aproximadamente 500 gramos con tapadera de color cafe. ¿Lo encontraste? – Me contesta mi roommate.

Justo enfrente de mí, en mis narices. La idea fabricada en mi mente de cómo es que el contenedor de café luce opaco el panorama para poder encontrarlo. No lo encontraba porque yo estaba buscando un frasco de vidrio, pequeño con tapadera de color cafe, en primera fila. Totalmente diferente a lo que había en mi alacena.

Lo mismo pasa con las expectativas. Esas ideas preconcebidas y anticipadas de lo que se espera o puede pasar pueden nublar el panorama y afectar nuestro juicio. Cuando se generan expectativas se busca obtener un resultado en específico, a veces las expectativas son excedidas y nos provocan gran sorpresa pero a veces las expectativas no son alcanzadas y puede dar como resultado un cierto grado de decepción. Entonces, ¿Para qué nos sirven las expectativas? Ah… me da gusto que la pregunta saliera al tema.

Ante toda acción hay un objetivo, un resultado y una intención. Esa, esa pregunta ¿Qué espero a cambio? ¿Qué intento logar con equis acción? ¿Cuáles son mis expectativas? Las expectativas no solo nos llevan a la decepción, las expectativas también nos sirven para fijar objetivos, plantar los pies en la tierra y diferenciar entre lo que se recibe y lo que se espera. Te motiva o te desmotiva. Una amiga muy querida una vez me dijo “Hay que saber demandar para obtener lo que queremos”.

Es casi imposible que las expectativas no existan, están en nuestra naturaleza y por donde lo veas las expectativas están ahí. En una entrevista de trabajo, en una relación, en una petición, en la más simple de las acciones. Las expectativas están ahí y tenemos que aprender a convivir con ellas para que no nublen nuestro juicio. El amor de tu vida pudo haber caminado alado tuyo y darte las buenas tardes pero decidiste ignorarlo porque no era lo que esperabas.

 

“Hay que tener aspiraciones elevadas, expectativas moderadas y necesidades pequeñas.” -H. Stein

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